Resulta un escarnio que personas de este tipo nos hablen en semejantes términos y que nuestros Gobiernos, tanto central como autonómico, lo permitan. No vamos a hacer más comentarios. Lo hemos repetido ya demasiadas veces. Si nuestros representantes aceptan que se equipare a nuestra Democracia con una banda terrorista, y que su brazo político, al cual se han preocupado previamente de legalizar, pueda sentarse en un plano de igualdad a debatir cuestiones políticas, es que realmente la brújula de este país está totalmente perdida.
Quisiéramos, no obstante, poner de relieve a los citados “mediadores”, ya que no lo hicimos en un principio, que no nos hablen de reconciliación ya que dicha palabra significa atraer y acordar los ánimos desunidos entre al menos dos partes contendientes; y aquí, en nuestro país, por mucho que ustedes quieran, nunca ha habido en los últimos cincuenta años, partes contendientes que hayan de reconciliarse. Sabemos que el mundo de ETA, nutridamente representado en su “Conferencia”, les insta a usar esta terminología, pero como ya les dijimos, les rogamos que no la utilicen porque con ello están incurriendo en un grado de perversión no acorde a lo que, sin éxito alguno, tratan de representar.
Las víctimas podemos estar descorazonadas pero también estamos orgullosas, y lo estamos porque ayer, en un clima creado para la propaganda etarra, diez víctimas de terrorismo supieron tener el coraje y la determinación de enfrentarse una vez más a la injusticia, poniendo de manifiesto la memoria de los 858 asesinados, blandiendo para ello el uso de la razón y la palabra contra lo que ha sido la práctica de los hoy denominados “no violentos”, el tiro en la nuca.